martes, marzo 31, 2009

Y SUBIMOS PESE A TODO.




Que yo subiera a la torre Eiffel tiene mucho mérito, por dos cosas, la primera es el vértigo, me horrorizan las alturas, me dejan paralizada, y en la torre Eiffel se aprecia claramente que te encuentras a muchos metros del suelo, se ve entre los hierros la caída que hay. Me temblaban las piernas. La segunda cosa que hace que mi subida allá arriba sea para valorar, es que lo hice con una amenaza de bomba en pleno apogeo. Toda la zona acordonada por culpa de un saco abandonado en los lavabos, la policía montando un despliegue espectacular, poniendo cinta de seguridad, militares armados hasta los dientes despejando a la gente que en vez de salir pitando se acercan al lugar del riesgo con una curiosidad peligrosa, y yo allá arriba pensando en las torres gemelas, que por cierto, pese a que eran mucho más altas no me dieron esa sensación de inseguridad cuando estuve, lo que son las cosas...os aseguro que pensaba que me parecía imposible que una bombita de nada terminara con esa torre colosal, y al mismo tiempo me entraban ganas de rezar para pedir que os lo quería contar!!!, y si, me ha dejado Dios, el destino o lo que sea que nos mueve, no era mi hora, así que estoy muy contenta de haber podido escribir este post.

2 comentarios:

Marisol dijo...

Jooope...y yo también me alegro! Menudo susto pero así tienes más cosas que contarle a tus nietos...bessooss

Lorena dijo...

Pues si, les podré decir que su abuela estaba como una cabra, jajajajaja